Escribir de manera efectiva y con estilo es una habilidad valiosa en cualquier campo. Tanto si sos un estudiante que debe entregar su tesis o un trabajo importante, un escritor, un profesional o simplemente alguien que desea mejorar su capacidad de comunicación escrita, el arte de la autocorrección es una buena práctica para incluir en tu “kit de herramientas”.
En este artículo, exploraremos algunas técnicas simples para mejorar tus textos siendo tu propio corrector de estilo. Descubrirás cómo identificar y corregir errores comunes, perfeccionar tu gramática y estilo, y refinar tus textos. Y, a medida que avances en tu proceso de escritura, encontrarás que optimizar la calidad de tus textos se convierte en una habilidad invaluable.
IMPORTANTE: aunque el arte de la autocorrección es una herramienta poderosa para pulir tus textos, hay una realidad: es muy difícil observar tus propios textos con objetividad. Es decir, cortar el cordón umbilical que los une con tu persona (después de todo, fuiste quien les dio vida); y una corrección profunda demanda esa distancia. Por eso es que nada puede superar la mirada externa de un corrector de estilo. ¡Somos los superhéroes de la gramática, los ninjas de la puntuación y los guardianes de la coherencia y la cohesión literaria! Y muy humildes, además… 😆

Así que, si deseás elevar tus escritos a un nivel aún mayor, considerá contratar los servicios de un corrector profesional. Y, si bien las (cada vez más) avanzadas inteligencias artificiales pueden ser útiles en una primera corrección, recuerda, pequeño saltamontes: ¡nada se compara con el poder de la mirada humana para pulir tus textos y llevarlos a la excelencia!
Dicho eso, podrás mejorar —y bastante— tus textos siguiendo los sencillos pasos que te presento a continuación.
El arte de la autocorrección: 7 tips clave
La autocorrección es un proceso esencial para cualquier persona que redacte un texto que deberá ser leído por otros (y ese suele ser el caso), y te permitirá asegurarte de que —aunque no estén 100% libres de errores— sean precisos, coherentes y efectivos. Para entrar en calor, podés visitar mi post con tips para entrar en el mood necesario para corregir un texto.
Sin más preámbulos, te detallo las 7 técnicas clave que te ayudarán a perfeccionar tus habilidades de autocorrección:
1. Conocé las reglas gramaticales básicas
Para ser un buen corrector de estilo, es fundamental tener un conocimiento sólido de las reglas gramaticales básicas. Esto incluye dominar aspectos como el uso correcto de los tiempos verbales, la concordancia entre sujeto y verbo, el uso adecuado de los pronombres y las reglas de puntuación. Al comprender y aplicar correctamente estas reglas, podrás identificar y corregir errores gramaticales en tus textos.
Un método que recomiendo para adquirir esta habilidad se basa en la ingeniería inversa. Tomá una hoja de papel (no, mejor un cuaderno, porque a las hojas sueltas se las lleva el viento) o abrí un documento en tu computadora y hacé una lista de tus dudas gramaticales (y, de paso, ortográficas) más frecuentes. Si no te las acordás en este momento, cultivá el hábito de anotar todas las dudas que te surjan en el momento de escribir un texto.
Provisto de esa lista, dedicá un bloque de tiempo a explorar dos sitios: Fundación del Español Urgente (Fundéu) y los foros de Wordreference, donde probablemente encontrarás respuesta a esas dudas. Anotalas en tu cuaderno/documento (porque es posible que no las recuerdes hasta que las hayas integrado realmente en tu redacción) y comenzá a crear tu manual personalizado de ortografía y gramática.
2. Ampliá tu vocabulario
Un vocabulario rico es una herramienta invaluable para cualquier escritor. Cuanto más extenso sea tu repertorio de palabras, más opciones tendrás para expresar tus ideas de manera precisa y efectiva. Asimismo, al conocer sinónimos y antónimos, podrás evitar repeticiones y hacer que tus textos sean más interesantes y variados.
El método número uno que recomiendo en este caso es la lectura: nada, pero nada, supera a la lectura. Es una técnica de aprendizaje pasivo en lo que respecta a vocabulario: sin que siquiera lo adviertas, vas a ir incorporando nuevas palabras y maneras de combinarlas.
Pero, si lo tuyo no son los libros, tu mejor amiga en este sentido será Internet, con sus virtualmente ilimitados listados de las palabras más raras del español, las palabras más bonitas del español, y su variedad de diccionarios online de sinónimos y antónimos.
3. Leé y analizá textos de calidad
Aquí retomamos lo que te comenté en el punto 2, pero desde un punto de vista activo y con el propósito definido de acrecentar tu vocabulario. Repito: la lectura es una forma excelente de mejorar tus habilidades de autocorrección. Leer libros, artículos y ensayos de calidad te expone a diferentes estilos de escritura y te ayuda a desarrollar un ojo crítico para identificar errores y debilidades en los textos.
Observá en detalle cómo los escritores profesionales estructuran sus oraciones, utilizan el lenguaje y construyen argumentos. Esto te permitirá mejorar tu propia escritura.
4. Utilizá herramientas de corrección ortográfica y gramatical (pero con pinzas)
Por qué no: aprovechá la tecnología para facilitar el proceso de autocorrección. Existen muchas herramientas en línea y aplicaciones de software que pueden ayudarte a identificar errores ortográficos y gramaticales en tus textos. Y, claro, ChatGPT, Bard, Bing y otras plataformas de IA pueden detectar puntos débiles en dichos escritos también.
Ahora bien, ¿por qué agregué lo de “con pinzas”? Por varias razones, siendo una de las principales que las mejores plataformas de corrección online se orientan al idioma inglés y no al español. El editor de Word es útil, pero su corrección es muy genérica y no suele captar matices regionales (además, lo tengo comprobado, a veces se le pasan cosas). Además, la principal función de un texto es generar la reacción deseada en su receptor, y eso no siempre depende de la perfección ortográfica y gramatical del escrito, sino de otras cuestiones que solo un humano puede analizar.
Dicho eso, respetar las reglas ortográficas y gramaticales suele ser una buena idea para que el destinatario del texto lo pueda entender correctamente. Y, en eso, sin duda este tipo de recursos te puede ayudar. Prometo explorarlos y dedicarme a ellos en profundidad en un próximo post.
5. Dale un descanso a tu texto antes de corregirlo
Después de haber terminado de escribir un texto, tomate un descanso antes de comenzar el proceso de autocorrección. Alejarte de tu escrito por un tiempo (al menos de un día para otro, si el tiempo apremia) te ayudará a verlo con una mirada bastante más fresca y objetiva. Cuando regreses a él, podrás advertir con mayor facilidad los errores y —por lo tanto— corregirlos con mayor eficacia.
6. Recurrí a la lectura en voz alta
Una de las técnicas más efectivas es leer tu texto en voz alta. Al hacerlo, podés identificar de manera más fácil aquellos errores gramaticales o de estructura que podrían pasar desapercibidos al leerlo en silencio. Por otra parte, al leer en voz alta, lograrás una mejor fluidez en la prosa y podrás detectar frases que suenan extrañas o poco claras.
7. Solicitá una segunda opinión
A veces, puede ser difícil detectar nuestros propios errores, especialmente cuando hemos estado trabajando en un texto durante mucho tiempo. Pedir a alguien más que revise tus escritos puede brindarte una perspectiva nueva y ayudarte a identificar errores que podrías haber pasado por alto.
Si bien, como he dejado claro, mi recomendación será siempre que consultes a un corrector profesional, soy consciente de que a) para ciertos textos que integran nuestro día a día, como los correos electrónicos, eso no es imprescindible y b) no está al alcance de todos. Pero posiblemente sí esté a tu alcance, en esos casos, recurrir a un amigo, compañero de trabajo u otra persona de confianza —y aficionada a la lectura, idealmente— para que revisen tus textos y te brinden comentarios constructivos.
Conclusión
La autocorrección no se agota en los consejos anteriores: ¡estoy preparando un ebook para ayudarte más en esa tarea! No obstante, lo que vimos aquí te va a servir de ayuda para, de a poco, lograr textos más claros y despejar las interferencias que nublan la comprensión del destinatario.
Recordá que la escritura es un proceso que requiere práctica constante. A medida que vayas escribiendo más y más, irás adquiriendo experiencia y habilidades que te permitirán mejorar tus textos. No te desanimes si en un principio te sigue pareciendo dificultoso y no quedás absolutamente conforme con el resultado: lo importante es perseverar y seguir aprendiendo.
¡El arte de la autocorrección está (literalmente) al alcance de tus manos, así que no hay excusas: comenzá a perfeccionar tus habilidades hoy mismo!
Y, si te interesan estos temas, ¡dejame tus datos para seguir profundizando tu conocimiento acerca de ellos! 😉
La autocorrección es crucial en la escritura, ya que garantiza que los textos sean claros, coherentes y libres de errores. Mejorar la gramática, la ortografía y el estilo te permitirá comunicar tus ideas de manera más efectiva.
¡Ah, esos autocorrectores atrevidos! Si el editor de Word se convierte en un experto en “corregir” palabras que ya estaban bien escritas, es hora de mostrarle quién manda. Podés agregar esas palabras “malinterpretadas” a tu diccionario personalizado. De esta manera, ¡ese editor de Word rebelde aprenderá a respetar tus habilidades lingüísticas!
Mmm… la ansiedad de la autocorrección, la famosa “preocupitis lingüística”. No te preocupes, no estás solo en esa montaña rusa emocional. Para aliviar la tensión, podés hacer una pequeña ceremonia antes de empezar a corregir. Encendé una vela, pedí un deseo gramatical y ¡adelante, mis valientes! Recordá que los errores son parte natural del proceso de escritura, así que divertite cazándolos como si fueran Pokémon.
El secreto es simple, querido corrector: abrazá los errores con amor y humor. Cada error es una oportunidad para aprender y mejorar. Así que no te tomes la corrección demasiado en serio; después de todo, no sos un corrector profesional, así que gozás de esa ventaja: ¡aprovechala!
Divertite con tus textos, jugá con las palabras y celebrá cada mejora como si fuera una fiesta. La corrección puede ser una aventura emocionante y, con una actitud positiva, ¡te convertirás en un maestro de la autocorrección en un abrir y cerrar de ojos!
¡Pero claro que sí! Leer en voz alta es como hacer una fiesta de karaoke con tus palabras. Los errores tiemblan ante la idea de ser cantados en público y salen de su escondite. Adicionalmente, al escuchar tu texto en voz alta, podrás detectar problemas de fluidez y cadencia. ¡Así que adelante, organizá una función privada de lectura en voz alta y atrapá esos errores desprevenidos!
Sin duda alguna. El café y las galletas de la suerte son el combustible sagrado de los correctores intrépidos. El café despierta tus sentidos gramaticales y las galletas te llenan de buena fortuna. Además, al tomar un descanso con estas delicias, recargás tus energías para seguir corrigiendo con una sonrisa.
NOTA: esta pregunta está auspiciada por los comerciantes del Barrio Chino.