Sin embargo, debo reconocer que soy partidaria de que los consejos pueden ser útiles, pero que nada supera a la propia experiencia. Por eso, tomen estas palabras como simples sugerencias que solo intentan trazar un punto de partida. Nada más que eso.

De paso, pido perdón porque siempre intento responder este tipo de consultas, pero es probable que alguna se me haya quedado por el camino. Si fuera el caso de algún lector, le ofrezco una sincera disculpa y espero que encuentre en este texto la información que estaba buscando.

Una última aclaración en esta introducción: dado que mi trabajo es muy artesanal y personalizado, por el momento no tengo pensado contar con colaboradores. Pero, si así lo desean, pueden enviarme su CV. Como aclaro en mi sitio web oficial, lo trataré con absoluta confidencialidad y me contactaré con ustedes en caso de que surja algún trabajo que deba derivar.

Hecha esta introducción, comencemos con mis recomendaciones.

Tener un sitio web

En consonancia con lo que sostiene el colega Roger García en su blog (si no lo conocen, les recomiendo visitarlo: encontrarán información muy útil), creo que es una suerte de paradoja cósmica que alguien que aspira a trabajar como redactor freelance no tenga un sitio web. Si bien es recomendable, ni siquiera es necesario pagarle a un diseñador. Hoy en día, cualquier persona que dedique tiempo y empeño a ello puede crear su tarjeta de presentación virtual.

Mi recomendación, no obstante, sería hacer al menos una pequeña inversión y tener un dominio propio (sin la extensión asociada a las plataformas de hosting en su versión gratuita). El que no arriesga, no gana; y ese es un riesgo pequeño que estimo que la mayoría de quienes busquen entrar en este oficio pueden costear de una manera u otra.

Elegir un domino acorde a nuestra estrategia

Aquí se dividen las aguas. Podemos optar por apostar a consolidar una marca personal y elegir nuestro propio nombre como dominio. Si bien esta no sería, en principio, una estrategia seo friendly, tiene otros beneficios laterales. En caso de estar seguros de que queremos que nuestro nombre esté asociado a una determinada actividad, cuanto antes se lo informemos a Google, más rápida será la construcción de nuestra reputación al respecto.

Puede darse el caso también de que tengamos publicaciones —académicas, periodísticas, literarias, etc.—que contribuyan a construir nuestra marca personal. En ese caso, elegir un dominio que contenga nuestro nombre puede resultar ventajoso.

La otra opción sería apostar a un dominio que sea amigable con las búsquedas relacionadas con nuestra área de negocio que un potencial cliente pueda realizar en Google (u otras alternativas). En el caso de la redacción, creo que es difícil —mas no imposible— encontrar dominios disponibles que se puedan asociar a una búsqueda intuitiva. Hoy en dia, con mayor cantidad de extensiones disponibles (por ejemplo, la .blog), entiendo que es posible encontrar buenos nombres de dominio que se puedan integrar con alguna de esas nuevas extensiones en una combinación que aún no haya sido utilizada.

En mi caso, mi estrategia es mixta debido a una variedad de razones que exceden lo que deseo detallar en este post. Pero sería una tercera opción: tener un dominio con nuestro nombre y otro, de un perfil diferente, con un dominio relacionado con lo que hacemos.

Invertir en publicidad

Por mínima que sea la cantidad de la que podamos disponer para ello, siempre recomiendo invertir aunque sea algo en publicidad. Sobre todo, en publicidad digital. Salvo que seamos los amos de las relaciones públicas, y tengamos gran influencia en aquel sector en el que se encuentra nuestro público objetivo, lo más probable es que, cuando tomemos la decisión de comenzar con nuestro emprendimiento, solo nos conozcan nuestra familia y amigos. Ah, y nuestro/s perro/s o gato/s que, por cierto, serán sin duda los seres que conozcan nuestros lamentos asociados al lado oscuro de este oficio.

Realizar publicidad multiplataforma

En relación con el punto anterior, no nos limitemos a una única plataforma. Tenemos muchas opciones a nuestro alcance. Google sería, sin duda y basada en mi experiencia, la primera a la que decidiría apostar. Pero las redes sociales nos permiten una comunicación más cercana con nuestro público objetivo. Y, además, si en verdad nuestras posibilidades de inversión en publicidad son mínimas, redes sociales como Facebook e Instagram nos permiten darnos a conocer a cambio de una inversión relativamente baja.

Tener presencia en las redes

Si, por respetables cuestiones de prioridades o distribución del tiempo, preferimos concentrarnos solo en una o dos redes, me parece perfecto. Lo importante es dedicarles tiempo a aquellas que hayamos elegido, y realizar publicaciones periódicas.

Esto es algo que, cuando se trata de un proyecto unipersonal, se complica. Pero estoy segura de que no es imposible: se trata de realizar ajustes en nuestro cronograma cotidiano hasta que podamos lograrlo.

Difundir nuestro proyecto entre conocidos

Sin perjuicio de lo expresado antes, no descuidemos la importancia de que nuestras relaciones más cercanas (y los conocidos no tan cercanos) sepan lo que hagamos. Sin convertirnos en spammers, claro.  Pero, cada tanto, es conveniente recordar a quienes nos conocen que estamos en plan de trabajar como redactor, o corrector, freelance. Nunca se sabe de dónde puede surgir el próximo cliente.

Por eso, también es recomendable hacernos unas lindas tarjetas personales y llevarlas con nosotros SIEMPRE. Sé que hay quienes afirman que las tarjetas impresas son solo un recuerdo del pasado. Pero cuenta la leyenda que, en ocasiones, algunos posibles clientes son afines a esos criterios prehistóricos.

Empezar con una oferta de servicios amplia, que luego se podrá ir acotando

Cuando comenzamos con un proyecto, sabemos —y sentimos— que podemos hacer muchas cosas. Nadie duda de esa capacidad, y es por eso que los aliento a que en la primera versión de su sitio web ofrezcan todos los servicios que se les ocurran.

Con el tiempo, se irán dando cuenta de que, al trabajar como redactor o corrector freelance, se sienten más cómodos haciendo algunas cosas antes que otras. Y es posible que decidan hacer una limpieza del sitio y descartar algunos servicios en favor de dedicarse a otros.

Puede ocurrir lo contrario también: empezar con una oferta limitada que luego se puede ir ampliando en base a las demandas que recibamos. En todo caso, mi recomendación sería que SIEMPRE prioricemos aquello que descubramos a través de la experiencia que es lo que más nos gusta hacer. Porque, sin duda alguna, será en lo que nos desempeñaremos mejor.

Construir nuestra reputación online

No siempre podemos controlar lo que aparece cuando alguien «googlea» nuestro nombre, pero, con tiempo y paciencia, podremos construir una reputación online. Si queremos que nos asocien con la redacción, y tenemos publicaciones —sean digitales o no— nos deberíamos ocupar de difundirlas o cargarlas en sitios de relevancia para el tema en cuestión.

Otra posibilidad sería escribir un libro (aunque sea corto) acerca de un tema que dominemos, y publicarlo en Amazon o en alguna otra plataforma digital de nuestra preferencia.

No trabajar gratis

Creo que a esta altura no hay demasiado que explicar acerca de este punto. Creo que trabajar como redactor o corrector freelance de manera gratuita no beneficia a ninguna de las partes involucradas en el intercambio, salvo que se trate de una labor puntual en función de una causa que consideremos justa.

En mi opinión, trabajar sin recibir remuneración a cambio no hace más que desvalorizar nuestro trabajo y el de nuestros colegas.

Como siempre, me quedaron cosas en el tintero. Por ejemplo, qué factores debemos tener en cuenta a la hora de elaborar un presupuesto, o cómo optimizar procesos en nuestros contactos con prospectos o clientes. Pero es imposible sintetizar todas las recomendaciones que podría dar en alrededor de mil palabras. Si les interesa el tema y tienen preguntas, me las pueden enviar a través de la sección Contacto y actualizaré esta entrada con la información requerida.

Y, para quienes deseen dedicarse a la corrección, estoy redactando un ebook con pautas que les ayudarán en esa tarea. Estimo que en uno o dos meses estará listo; si les interesa estar informados acerca de su lanzamiento, pueden suscribirse al blog.

Nos leemos.

Si este post te resultó útil y querés expresar tu agradecimiento:

Invitame un café en cafecito.app

 

Fotos: Braden Collum y Danielle MacInnes – Unsplash


6 respuestas a «Tips para trabajar como redactor o corrector freelance»

  1. Avatar de Ana Matilde Salamanca
    Ana Matilde Salamanca

    Muy interesante me gustaria seguir documentandome sobre el tema .gracias por sus aportes, me declaro su fiel seguidora para aprender a redacta

    1. Avatar de Ariana

      ¡Muchas gracias, Ana! Espero ser de ayuda.

  2. […] Es por eso que jamás —y quienes me conocen lo saben— considero a un colega como competencia; al contrario, cuando me hacen alguna consulta, trato de ayudarlos en todo lo que está a mi alcance, siempre basada en mi experiencia. […]

  3. Avatar de Julio Manzanelli

    Muy bueno Ariana. Gracias por compartir tus experiencias en tan interesante, esforzado y noble oficio. Desde este momento seré uno de tus seguidores a partir de mi oficio de traductor que en muchas ocasiones me lleva a devenir en redactor o al menos en corrector, ¡Mis felicitaciones!

    1. Avatar de Ariana

      ¡Muchas gracias, Julio! Estoy ocupada trabajando (por suerte) pero en breve seguiré publicando. Un placer tenerte como lector.

  4. […] en el desarrollo de uno, no lo duden. Siempre fue mi primera sugerencia para quienes me consultaron cómo empezar en el camino freelance y, en este contexto, lo sigue siendo más que […]

Deja un comentario

Descubre más desde Ariana Riccio - Mi blog de corrección y redacción

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo